EUROPA
PRESS
19 agosto
2021
Lo
que no te han contado de las quemaduras solares: cómo exponerte al sol de forma
segura
En verano pasamos más tiempo al aire
libre y no siempre nos acordamos de echarnos la crema que debemos, provocando
con ello quemaduras solares, totalmente contraproducentes para nuestra salud y
es que el daño de la piel es acumulativo, es decir, la piel tiene memoria y
esto puede afectar al desarrollo de futuras patologías.
Según advierte en una entrevista con Infosalus
el doctor Francisco José Ferrando Roca, dermatólogo del Hospital La Salud de
Valencia, y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología
(AEDV), las quemaduras solares son peligrosas para la salud por el potencial
desarrollo de tumores cutáneos malignos a lo largo de nuestra vida.
Así, este experto explica que las quemaduras solares se
producen por una exposición prolongada de la piel a los rayos ultravioleta (UVA
y UVB) del espectro solar, de forma que la melanina, el pigmento natural de la
piel que nos protege de dichas radicaciones, ya no puede ser efectiva.
"La piel tiene memoria y cada quemadura solar provoca
un daño en el ADN de la célula cutánea afectada. Estas células tienen el poder
de reparar este daño, pero si se repiten las quemaduras o existe una exposición
crónica en la misma zona se perdería este poder reparador y puede acabar
desembocando, con el paso de los años, en un cáncer de piel; especialmente con
un tipo (melanoma) cuando las quemaduras se han producido en la
infancia/adolescencia, por ello, el papel importante de la fotoprotección en
esa edad", subraya.
Síntomas de quemadura solar
En concreto, el doctor Ferrando Roca indica que los síntomas
de una quemadura solar, sobre todo en personas de piel blanca, son el
enrojecimiento o eritema de la piel asociado al calor, así como el dolor en la
zona afectada. "En los días posteriores, la piel puede descamarse pudiendo
persistir una pigmentación residual", avisa.
Es más, el dermatólogo del Hospital La Salud de Valencia
precisa que, en las quemaduras más graves, el dolor es más intenso y pueden
aparecer ampollas: "Si existe una afectación más extensa del cuerpo suele
acompañarse de síntomas sistémicos como dolor de cabeza, fiebre, náuseas y
cansancio. En casos extremos pueden aparecer complicaciones más graves como
convulsiones, coma y muerte".
A la hora de prevenirlas, el miembro de la AEDV apunta a las
siguientes acciones: ·La utilización de cremas protectoras de amplio espectro
que absorben todos los rayos UV. Son recomendables los productos resistentes al
agua que no desaparecen con el sudor o al contacto con el agua, con un Factor
de Protección Solar de, al menos, 15. La crema protectora tiene que aplicarse
abundantemente sobre la piel por lo menos 20-30 minutos antes de exponerse al
sol. Se debe volver a aplicar cada dos horas.
En cuanto a la indumentaria, se debe cubrir la piel con
ropa, es más eficaz que los filtros solares de alta calidad. Los sombreros de
ala ancha, las mangas y los pantalones largos disminuyen la exposición directa.
Se ha desarrollado ropa tratada con resinas que absorben los rayos UV y
proporcionan una protección de 20 o más para aquellos viajeros con piel
fotosensible o antecedentes de cáncer de piel. Se deben utilizar sombreros y
gafas de sol con al menos 100 % de protección UV.
Eliminar la exposición en las horas de mediodía para reducir
sustancialmente la exposición a la radiación UV, dado que la mayoría de la
exposición solar total en la vida suele producirse antes de los 18 años, es
importante educar a los padres y a los niños pequeños acerca de los riesgos de
la luz solar.
Consejos para exponernos al sol de forma segura
Con todo ello, el doctor Francisco José Ferrando Roca,
dermatólogo del Hospital La Salud de Valencia, aconseja los siguientes tips para exponernos estos días al sol y de forma segura:
1.
Elegir el fotoprotector de acuerdo con el fototipo de la
persona, la edad, la zona del cuerpo donde se va a aplicar y las condiciones
ambientales a las que se va a someter el individuo. Así se podrá disfrutar de
los efectos beneficiosos que ofrece el sol, minimizando los efectos negativos
del mismo.
2.
Preparar la piel para los baños de sol manteniéndola limpia
(sin maquillaje u otro tipo de cosméticos) e hidratada. Evitar el uso de
colonias, perfumes y desodorantes ya que pueden causar reacciones de
fotosensibilización y manchas cutáneas.
3.
Evitar la exposición solar directa en las 4 h alrededor del
mediodía solar.
4.
Aplicar el producto como mínimo media hora antes de que se
produzca la exposición sobre la piel bien seca.
5.
Para conseguir la eficacia del factor de protección solar
indicado en la etiqueta deben aplicarse unos 36 gramos de crema, equivalente a
6 cucharillas de café- para todo el cuerpo de un adulto de talla media (2
mg/cm2).
6.
Repetir la aplicación siempre que sea necesario, en función
de las características individuales y de la actividad que hay que realizar. En
cualquier caso, se recomienda no exceder las 2-3 horas.
7.
Utilizar fotoprotectores labiales con un índice alto, ya que
la piel en esta zona del cuerpo es muy frágil. Si el individuo tiene cierta
predisposición a experimentar herpes labial extremar las precauciones, ya que
una excesiva radiación puede facilitar un brote herpético.
8.
Potenciar las medidas protectoras con el empleo de
sombreros, gorras, gafas y demás prendas de vestir confeccionadas con tejidos
naturales que permitan una fácil transpiración.
9.
Beber abundante agua y zumos durante y tras la exposición
para favorecer los mecanismos termorreguladores fisiológicos y para reponer la
pérdida de líquidos experimentada a consecuencia del calor.
10.
Evitar las
pulverizaciones de agua durante los baños de sol ya que, además de eliminar el
fotoprotector, las gotas de agua que quedan sobre la piel actúan como si fuesen
una lupa y amplían los efectos negativos de las radiaciones.
11.
Tras la exposición
solar y la ducha con agua tibia, hidratar generosamente la piel para regenerar
el manto hidrolipídico y recuperar la pérdida de agua. Es recomendable el uso
de productos específicos en función del tipo de piel y de la zona que hay que
tratar: cara y escote, contorno de ojos, manos. Concretamente, la piel de estas
zonas corporales es la que se muestra más sensible al fotoenvejecimiento y
éste, por tanto, se hace allí más patente.